Fundamentos pedagógicos de la concepción Kodály

Descripción general

El enfoque pedagógico de la Concepción Kodály está basado en enseñar, aprender y entender la música a través del canto ofreciendo, de esta manera, acceso al mundo de la música evitando los problemas técnicos que involucraría el uso de un instrumento musical.

Las fuentes musicales que se aplican en la enseñanza musical son: el cancionero folklórico y popular de nuestro país (Lengua Musical Materna) y obras de la más fina expresión musical, tanto nacionales como de la cultura mundial.

La música es primero escuchada, cantada, experimentada y recién luego de esto, aprendida a través del uso del solfeo relativo (derivado del sistema creado por John Curwen llamado ¨Tonic-solfa¨) y el solfeo ritmado (simplificación del sistema francés de Cheve, Gallin y París).

La concepción Kodály se centra en las necesidades particulares del estudiante y es enseñada de manera lógica y secuencial. No hay un ¨método¨ sino, más bien, una serie de lineamientos. Las herramientas usadas según la concepción Kodály son: el solfeo relativo, sílabas rítmicas y señas musicales (quironimia).

¿Cómo se desarrolla la enseñanza?

El enfoque de la Concepción es muy efectivo en la enseñanza de niños pequeños ya que éstos asimilan el conocimiento de manera inconsciente a través de juegos musicales y a través del canto de su propia lengua materna musical. Así como sucede con el aprendizaje del lenguaje, los padres le cantan al niño como parte de la vida diaria y este canto es continuado en la enseñanza escolar.

Llegado el estadio de desarrollo adecuado, estas habilidades y conocimientos aprendidos de manera inconsciente se vuelven conscientes y son desarrollados más profundamente. En el proceso de profundización de estos contenidos, nuevos elementos son introducidos, una vez más, de manera inconsciente por el maestro y así se continúa con el ciclo de aprendizaje una vez más.

Central para este trabajo es el desarrollo de la audición interior (la habilidad de imaginar o escuchar el sonido en nuestra mente), logrando esto a través de una potente combinación de actividades, entre las que se encuentran: el canto, el trabajo rítmico, el solfeo relativo, las señas musicales (quironimia), la lectura sin pauta, el desarrollo de la memoria musical, el canto polifónico (a dos o más voces), la improvisación, etc.